Niñas de Santo Tomás refuerzan sus capacidades con las artes marciales

Sofia y Fabiola reconocen que su vida ha cambiado desde que practican artes marciales.

Rosarlin Hernández
Sofía recibiendo sus clases de taekwondo
UNICEF/Martínez
29 Octubre 2019

Sofía Cortez Presidente es reconocida en su escuela como una alumna sobresaliente y disciplinada, sin embargo, sus profesores recomendaron a sus padres que debía combinar su dedicación académica con la práctica de alguna disciplina deportiva para canalizar mejor su energía. Sofía eligió asistir a las clases gratuitas de taekwondo que imparte la municipalidad de San Tomás.

Al principio escuchaba con frecuencia que el taekwondo era para niños, su respuesta siempre era:

"si los niños lo pueden hacer yo también".

Comenta que el grupo con el que practica no tiene preferencias de género: "en taekwondo somos todos iguales, no hay preferencias, no importa el color de cinta ni nada".

Sofía en su clase de Taekwondo en el Municipio de Santo Tomás
UNICEF/Martínez

Comenta que el grupo con el que practica no tiene preferencias de género: "en taekwondo somos todos iguales, no hay preferencias, no importa el color de cinta ni nada".

Desde entonces, asegura que su actitud y su comportamiento con las demás personas ha mejorado: "Para una niña practicar taekwondo es importante porque en una situación de peligro nos podemos defender y nos ayuda a tener disciplina y más control sobre  nuestra vida".

Una de sus mejores experiencias en este deporte es haber conocido a su mejor amiga: "me gusta su amistad porque respeta mis opiniones y yo las de ella".

UNICEF contribuye con las alcaldías de municipios con altos índices de violencia, en la recuperación de espacios públicos y en la promoción del deporte para el desarrollo que reta los estereotipos de género, a través de la creación de equipos mixtos para superar la división entre niñas y niños dentro de la práctica deportiva y promueve la inclusión social.

El sueño de ponerse el uniforme de Karate hecho realidad

Antes de practicar karate, la única diversión de Fabiola era jugar con sus vecinos en el estrecho pasaje que divide las dos hileras de casas donde vive o disfrutar al máximo de las excursiones escolares a los parques públicos de San Salvador.

Hace año y medio, la municipalidad abrió las clases gratuitas de karate en el parque central del municipio. Bajo la sombra de una ceiba, un grupo de 36 niñas, niños y adolescentes (entre 6 y 14 años) se reúnen cuatro días de la semana para practicar por las tardes todas las técnicas de este deporte.

Fabiola junto a su madre rumbo a sus clases de Taekwondo.
UNICEF/Martínez

El entrenador de la escuela, Ricardo Guardado, reconoce la evolución que ha tenido Fabiola desde que empezó las practicas: "Fabiola es muy buena en combate, a veces le pido que me ayude a guiar a los demás niños y tiene liderazgo, es muy dinámica y ha mejorado mucho tanto en la parte técnica como en la emocional".

Fabiola coincide con Sofía en afirmar que esta disciplina deportiva la hace sentir más segura de sí misma y más confiada para hacer nuevas amistades.

"(en el grupo) hay muchas niñas y aunque en las primeras competencias me puse nerviosa seguí adelante".

 

Fabiola en su clase de taekwondo
UNICEF/Martínez

Ambas niñas ahora se reconocen capaces de entrar a la zona de combate y salir triunfantes con medallas de reconocimiento que les han cambiado la forma de enfrentar los retos en la vida.

Como parte de la estrategia de prevención de violencia que UNICEF implementa en el municipio, junto a socios del nivel local y nacional, hay 83 estudiantes becados, 70 participan en las clases de artes marciales, 250 en los diferentes talleres que se imparten en El Conacaste, 385 en las cinco escuelas de fútbol y 118 niños y niñas de la primera infancia que acuden a los 8 círculos de familia que funcionan en la zona.

UNICEF/Piche